martes, 2 de febrero de 2010

Autorretrato

Esta mañana, tras el desayuno, he seguido con la lectura de 'Autorretrato', de Édouard Levé, un libro sencillo y complicado de escribir, al mismo tiempo. Una especie de 'libro de la almohada' moderno. He retomado la lectura en el mismo punto en el que lo dejé ayer. Por si acaso, he vuelto a leer la página desde el principio. Luego me ha despistado algo, un pensamiento, quizás el ruido de Susan moviéndose en el baño. Así que he tenido que volver al inicio de la página. Todo lo recordaba (era, como poco, la segunda vez que mis ojos pasaban sobre aquellas líneas), salvo una frase, poco antes del fin de la página. Una frase que alguien parecía haber colocado ahí, de repente. ¿Cómo era posible que hubiese leído hasta tres veces aquella frase y que mi memoria no guardase ningún rastro de ella? La frase decía He pasado dos meses de verano en una furgoneta roja. La frase era sin duda misteriosa, sin relación con la frase precedente ni con la siguiente, algo (la desconexión entre una frase y la siguiente) que era extensible al resto del libro. Me pregunto cuántas frases como ésa pasarían desapercibidas a mi conciencia tras la lectura. Como poco, habría acabado 'Autorretrato' sin saber que el autor había pasado dos meses de verano en una furgoneta roja. ¿Se refería Levé a una roulotte? ¿Quería decir que había estado viajando con una furgoneta roja durante dos meses? ¿Que había decidido encerrarse en una furgoneta roja durante los calurosos meses de verano? Todas esas incógnitas y enigmas no habrían venido a mi cabeza si no hubiese vuelto a leer por tercera vez esa página de 'Autorretrato'. Supongo que esas ausencias y omisiones son las que hacen posible la relectura de una novela como ésta, de todas las novelas. Me imagino dentro de un tiempo regresando a 'Autorretrato' para descubrir nuevas frases desconocidas, frases que parecen haber sido escritas mientras tanto, como si el texto pudiese crecer de manera autónoma y las frases aparecieran siguiendo algún tipo de proceso semejante a la reproducción celular. Un proceso sin fin que hace que 'Autorretrato', por ejemplo, sea un libro inacabable.

5 comentarios:

Joaquín dijo...

No sé como no he caido antes. El ódradek más perfecto es Dios, o Dios no deja de ser un ódradek imposible de describir

hautor dijo...

Sí, a veces se manifiesta en esos óradeks inquietantes llamados teleplastias.

Dillinger dijo...

Soy fan del libro de Levé. Hace tiempo que no venía por este proyecto. También soy fan. Fan Fan.

Saludos.

D-I-L-L-I-N-G-E-R

hautor dijo...

Fantástico libro, sí señor. Gracias, Dillinger, por los ánimos.

Robert Fornés dijo...

esa es la magia de la lectura, amigo mío...

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