lunes, 21 de septiembre de 2009

Cruzando el Indo

El pescadero se equivocaba, por supuesto. La guerra no se hace 'con' alguien, sino 'contra' alguien. A veces contra nosotros mismos. Si miramos al pasado, a eso que el común de los mortales llama La Historia, entonces nos parece verlo todo más claro. Me refiero al asunto de la guerra. Un país contra otro, un aspirante al trono luchando contra su rival, una ideología contra otra. Y, por otra parte, el bien. El bien también posee sus anales. A cada guerra le corresponde su armisticio, ambas fechas separadas por unos años de distancia. Valores positivos y negativos que se compensan hasta dar esa suma cero. Pero la suma cero no consiste en ninguna pax aeternam. La suma cero es la indistinción del bien y del mal. A eso algunos lo llaman el fin de la historia. Hay quien echa de menos a esos personajes crueles o visionarios que sembraron los campos de cadáveres o que creían haber encontrado las claves del paraíso en la tierra. ¿Dónde fue a parar la épica?, se preguntan. Un género en desuso, la épica. La tranquilidad, la ausencia de grandes acontecimientos, el ocaso de los calígulas es nuestro caldo de cultivo. Las naturalezas heroicas han de buscar nuevos territorios que conquistar. Susan está convencida de que soy una especie de Alejandro Magno, un Alejandro Magno de la estética. Yo, más modesto, me defino a mí mismo como un coleccionista de ódradeks. Es mi singular manera de cruzar el Indo.

2 comentarios:

Culturajos dijo...

La guerra de los dientes de Buda parece que también ha llegado a su fin tras devolver el tercero a Tailandia. Hacemos guerras por odradeks de cualquier tipo. Te devuelvo este diente en la tienda de los chinos. Allí lo tienes hautor.

hautor dijo...

Hermoso ejercicio de literatura digital. Transmigrar a otros espacios de la blogosfera es hermoso. Casi místico. Es un camino de ida, pero también de vuelta.

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