miércoles, 14 de octubre de 2009

Una oriental

Por la noche he ido a la estación de tren a recoger a Susan. El tren ha entrado en el andén a la hora prevista. Desde los ventanales de la cafetería, delante de un café, he visto cómo, primero la locomotora, y después los vagones, uno a uno, recorrían el andén hasta detenerse. Los pasajeros han comenzado a descender, entre ellos, una mujer oriental ataviada con un kimono rojo y zapatos de tacón a juego que ha abierto bajo la luz eléctrica de la estación una sombrilla de papel estampado con una espiral que se cierra alrededor de la contera. La mujer oriental ha cogido la maleta y, sin abandonar la sombrilla, se ha dirigido hacia la cafetería con pequeños pasos, separando apenas un pie del otro, como si temiera de un momento a otro caerse desde la altura de sus tacones, aunando en su desplazamiento lo absurdo, lo exótico y lo arcaizante. La mujer oriental, tras cerrar el paraguas, ha abierto la puerta de la cafetería y, arrastrando tras de sí la maleta, se ha acercado hasta detenerse junto a mi taburete. Entonces ha acercado sus labios pintados de delicado maquillaje a los míos y me ha besado. ¿Qué tal ha ido todo? Muy bien, ha sido su respuesta.

1 comentario:

Unknown dijo...

Al abrir el correo esta mañana, tenía un mensaje que comenzaba de la siguiente manera:
Dear Joaquin
How are you? This is a chinese girl Kelly from Huangshi FourStars Fashion Co. Ltd
Desconocida y remota Kelly Heping,ganándose la vida de comercial para una fábrica de prendas de vestir, soñando una vida ¿oriental?

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